Tuesday, February 13, 2007

Confines recónditos

Me desperté al igual que el día anterior. Mosquitos, un chico que dejaba caer sus brazos dormidos contra mi y, obviamente, el llanto descontrolado de un bebé.

Salí afuera, esquivé antes algunos de los bultos del pasillo. Ahí estaba la noche, más clara de lo comun; un par de estrellas y el deseo que me raptaran unos marcianos. Los pies desnudos sobre el barro. Me pregunto, qué demonios hago aquí, 36 horas después de haber salido de Santa Cruz de la Sierra en bus, en medio de Nowhere Land.

No encuentro las respuestas, pero trato de ir encontrándome a mi mismo ¿Por qué hago esto?¿Será que quiero escapar? Eso seguro que no, hoy mas que nunca, me siento con un lugar y con una gente. Viajando no me escapo, sino que puedo ver la realidad que en otro momento tapan las publicidades de gaseosas, la tv, los diarios y demasiados etcéteras.

Ahora estoy empezando a entender lo que es viajar solo. Estuve dos días preguntándome a mi mismo si había hecho bien en sacar pasaje en bus... ahora veo que no. Pero en grupo uno tiene muchas opiniones, todos son más o menos responsables y de última, entre todos se ayudan para superarse.

Aquí dentro yo soy "el gringo", "el choquito, el choco" "el porteño". El mismo que uno a veces se encuentra en un tour, y debe decirle algo, aunque sea una burla. Ese papel me tocó a mi. Pero este gringo no se cansó de meterse en el barro sin sus botas, ni de ayudar empujando a la flota en todo momento.

Siento que cuando termine este trayecto se va a abrir una puerta que diga "Bienvenido al confín más recóndito del fuckin´mundo".

Bueno hoy martes llegué, finalmente me tomé desde San José de Chiquitos el tren que era menos de la muerte que el bus, estoy en Quijarro, a pasos ya de la frontera con el Brasil y el mato grosso.

Sé que deben haber muchísimos "confines recónditos" para explorar, hoy empiezo por este.

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