Un breve recuento de lo que estuvo aconteciendo hasta ahora, que nos encontramos en la ciudad de Salta, comenzaría diciendo que las 26 horas de tren fueron “soportables” a pesar del calor y la aspereza en el trato de los guardas.
Pero llegamos, estábamos ya en Tucumán, era martes 2 de enero, año 2007. Luego de un breve paseo por la ciudad, más que nada para recorrer el espacio entre la terminal de trenes y la de omnibús, nos dispusimos a comprar el pasaje a Tafí del Valle... pero una cola infinita nos informó que no habría pasajes hasta el otro día. A no desesperar, a no esperar más: nos vamos en taxi, por la misma plata. Destino: El Mollar.
Tranquilidad en la plaza y en el pueblo plagado de fichines, nos prepararon para seguir hacia Amaicha; donde llegaríamos a las 00 hs, a punto para explotar en la otra plaza bailando al ritmo de un nefasto Sergio Denis... obvio que seguiríamos allí hasta que las velas no ardieran, y para que entremos al camping al otro día, evitando pagar una noche de más.
Recorrimos las Ruinas de los Quilmes luego de un eficaz dedo, comimos unas riquísimas sopas al estilo alta montaña. Cerca de las 16hs nos fuimos para tratar de cazar algún otro dedo hacia Cafayate ahora.
Y llegamos, pero un tanto desilusionados al ver que la ciudad pequeña que conocimos hacia un año o dos, estaba totalmente poblada de "billies", gente que se mueve en masa, como en un éxodo sin autenticidad. Trasladándose cual moda impuesta en una revista de moda. Nosotros no pertenecíamos a eso. Sigamos camino, la marcha da vida.
Así fuimos a Salta, luego de un dedo esta vez para nada eficaz, que nos tuvo en la ruta 4 horas sin ningún resultado. Cosas que pasan. Nos encontramos con tres nuevos integrantes: El Colo, Felipe y Facundo "el Pela"; amigos de la vida, o de la secundaria, como se prefiera. Con ellos seguiremos. Otra novedad es que una integrante antes nombrada no pudo finalmente viajar, Camila, la amiga de mi hermana, perdió la documentación.
Ahora las palabras ya se hacen rápidas, estamos yéndonos de esta ciudad luego de deliberar si visitaríamos Cachi o San Antonio de los Cobres, ninguno ganó. Seguimos a Jujuy, a comenzar la Quebrada que ya nos acecha.
Primero fuimos Siete, los siete fantásticos, ahora ya somos diez; y todo se perfila como un grupo unido y fuerte. Estamos en este camino que recién está comenzando.